Auriculares de conducción ósea: perfectos para entrenar al aire libre y no aislarnos del medio
¿Qué son y cómo funcionan los auriculares de conducción ósea?
Los auriculares tradicionales deportivos funcionan con la misma premisa que los de conducción ósea: reciben una señal eléctrica emitida desde una fuente (nuestro reproductor de MP3, nuestro pulsómetro o nuestro teléfono móvil) y a partir de ella generan ondas audibles. En este último punto es donde los auriculares de conducción ósea innovan, ya que lo que hacen es convertir esos impulsos eléctricos en una vibración que es transmitida a través de nuestros huesos hasta el oído interno.
Los auriculares deportivos de conducción ósea se colocan por delante del trago, en contacto con la apófisis zigomática del hueso temporal (por delante de la oreja, a la altura del pómulo) y desde ahí se transmiten las vibraciones hasta el oído interno. El sonido no se transmite al exterior, sino que solo puede escuchar la música la persona que los lleva puestos.
Si entrenamos al aire libre, sobre todo si realizamos actividades cardiovasculares en las que nos tenemos que desplazar (bicicleta, carrera, patinaje) cancelar el ruido ambiente puede llegar a ser peligroso: por un lado, perdemos información importante sobre nuestro cuerpo ya que no escuchamos nuestra propia respiración o nuestras pisadas, y por otra perdemos contacto con el mundo que nos rodea, lo cual puede causar accidentes en algunos casos (no oír el claxon de un coche, otro atleta que se acerca a nosotros o el timbre de una bici a tiempo).
La principal ventaja de este tipo de auriculares es que nos mantiene en contacto con el entorno, aumentando así nuestra seguridad y la información que recibimos del exterior a la vez que seguimos disfrutando de nuestra música o nuestro podcast favorito.
¿Cómo es la experiencia de entrenar con auriculares de conducción ósea?
¿Cómo es entrenar con estos auriculares? ¿Se sujetan bien a la cabeza sin moverse? ¿Es una sensación extraña en los primeros minutos? Hemos hablado con Pedro Moya, del blog Palabra de Runner, quien ha podido experimentar recientemente con ellos, y nos ha contado su experiencia.
«Personalmente no concibo entrenar sin música, salvo contadas ocasiones, y el poder hacerlo sin aislarme del entorno es la principal ventaja que le veo a los auriculares con tecnología por conducción ósea. En el caso de los AfterShokz Bluez la sensación es un poco extraña al principio, porque parece que «tienes la música dentro», al mismo tiempo que sigues escuchando todo el ambiente.
El ajuste es bastante bueno y no se mueven ni se caen porque simplemente se apoyan sobre la parte superior del pómulo y listo. Sin duda una gran opción para corredores que quieran escuchar música en carreras sin perderse los ánimos del público y sobre todo, para ciclistas. La parte negativa es su precio».